lunes, 2 de noviembre de 2015

La hora de los estudiantes

Por Víctor Manuel Arias

No es tiempo de resignación ni de frustración, tampoco es tiempo de echar la mirada hacia otro lado; es el tiempo y la hora de los estudiantes.

Desde los medios de comunicación conservadores se ha estado arremetiendo constantemente contra los estudiantes, insinuando que somos vagos, que no merecemos las becas que nos ayudan a estudiar, porque según ellos las desaprovechamos, su argumento es que nuestro paso por la universidad es simplemente una excusa para ir al botellón de los jueves.

Pero lo que no nos cuentan, es que la realidad no es así.
La mayoría de la juventud estudiantil quiere estudiar y trabajar el día de mañana, porque sabe de dónde viene el dinero que paga los altísimos precios de nuestras matrículas, tan altas que cada vez son más los estudiantes expulsados por no poder hacer frente a los pagos. Ese dinero que paga nuestras matrículas viene del sudor de nuestros padres y madres, o en otros casos de nuestro propio sudor.

Esos padres y madres que estuvieron y están en constante lucha  para que las y los hijos de los trabajadores el día de mañana pudieran cursar estudios universitarios, para de este modo poder acceder a un futuro mejor. Ya que la constancia de muchos que no pudieron estudiar, es la que consiguió una universidad pública, que hoy en día nos la están arrebatando.

Llevamos tiempo quitándonos las legañas y despertando, y si más cabe en esta ciudad. Hemos sentido la necesidad de empezar a crear la herramienta que nos defienda de todos esos ataques a nuestros derechos, y esa herramienta es la organización y la creación de un movimiento estudiantil fuerte, el cual expulse la garra privatizadora y elitista que dicta sentencias contra nuestros intereses a la vez que intenta expulsarnos de la educación pública.

Esa herramienta que necesitamos es necesaria tanto como para alumnos, padres y profesores, porque nuestro vagón y destino, es el mismo, el de la defensa de lo público y la creación de una educación democrática, para la mayoría y sobre todo, de todos y de todas.


La resignación no es una opción, la organización y defensa de la escuela pública SÍ. ¿Aún sigues pensado en quedarte cruzado de brazos? ¿O trabaja por nuestros derechos?

Ha llegado nuestra hora; La hora de los estudiantes

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